Qué bonito
es escribirte y sentir que por un momento me puedes leer. Tengo tantas cosas
que contarte mamá…
Créeme si te digo que no hay día en el que no me pregunte
qué haces que no estás aquí. Sabes tú acaso qué fueron de los besos antes de ir
a dormir, dónde fueron a parar nuestras risas, tus abrazos… qué ha sido de ti
que ahora solo existes en mí. Y qué ha sido de mí, mamá, ¿eso lo sabes? Porque yo
no soy la misma. Me falta la base, mi pilar fundamental, mi madre, mi padre, mi
amiga, mi apoyo incondicional, mi ejemplo a seguir. Me faltas tú. ¿Y ahora qué?
Dime qué me queda si no es soñarte cada día tan bonita como siempre y recordarte
cada día un poco más…