sábado, 2 de febrero de 2013

Parpadeó

y alzó la vista. Centró la mirada en la suya como si intentase atraparla, pero esta tan etérea se resistía, parecía que lo conseguía, pero no. Entonces, sonreía y volvía a comenzar. No había prisa, ni tiempo, no había escenario ni gente que les rodease. Tampoco estaba ella, ni él. Todo quedó reducido a una mirada. Parpadeó y alzó la vista por segunda vez. Buscó la suya y se adentró en ella. Lo hizo, por fin lo hizo. Aquello parecía un juego de palabras, pero no era capaz de entender lo que esta le decía. Nerviosa, desvió la mirada pero simultáneamente la guiaba de nuevo hacia él. Tenía algo, eso era cierto, pero incapaz de descifrarlo, rompió el silencio.


-¿Qué piensas?
-Que me encantas 
-¿Y ahora? 
-Que me encantas 
-¿Y ahora? 
-Que me sigues encantando.

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