domingo, 13 de enero de 2013

París, París, París...


8 de Febrero.

Volver. Volver después de tanto tiempo, volver al mismo lugar, simplemente volver. Te preguntarás por qué, yo también me lo pregunto, no le encontrarás ningún sentido,  yo tampoco se lo encuentro, pero  al fin estoy preparada y solo sé que necesitaba volver. 
Y... ¿volver a qué? volver a nada, pero a algo que un día lo fue todo. ¿Acaso tú lo recuerdas? yo no he podido olvidarlo.
Paso el día recorriendo esa ciudad bajo ese cielo blanco, ese de hace cincuenta años. Ando por las calles ahora repletas de soledad y me alojo en ese hotel, en el que ahora mismo me encuentro. Habitación 305, ¿la recuerdas? Sí, la misma. Nunca había pensado que cuatro paredes pudieran traerme tantos recuerdos; y es que todo está igual que la última vez aunque, ahora, el silencio grita tu ausencia.
No me preguntes por qué, solamente diré que por fin estaba preparada, dispuesta a volver. 

12 de Febrero.

Hoy es el quinto día, regreso a casa. Ya he cogido todas mis pertenencias y me dispongo a cerrar la habitación... no puedo evitar mirarla una y otra vez como si algo de mí se quedase dentro, y en parte, así es.
Si alguna vez sientes que necesitas volver, hazlo y allí encontrarás estas reflexiones, donde me pregunto una y otra vez:
Volver... ¿volver a qué?... volver a ti.

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